Existen muchísimos tipos de bolígrafos: de punta de aguja, bolígrafos personalizados, con tinta de aceite... El bolígrafo es una de las herramientas más usadas por la humanidad y, sin embargo, poco reparamos en cómo llegó a nuestras manos. En Adivinium Trading queremos relatarte para qué se inventó el bolígrafo y que sepas los orígenes de este archiconocido instrumento para escribir.
Resulta entretenida la anécdota de cómo un curioso inventor ideó el artefacto al ver unos niños jugar con una pelota en la calle. El momento que dio luz a lo que ya venía elucubrando, surgió cuando la bola cruzó un charco y fue dejando el rastro de agua al rodar por el suelo.
Ladislao Biro se llamó aquel húngaro reportero y escritor, a quien un día a mediados del siglo XIX llevando a cabo un reportaje, su clásica pluma estilográfica se le atascó. A partir de ahí, emprendió la búsqueda de un dispositivo que le permitiera cumplir con su trabajo sin imprevistos.
Bien es cierto que Biro fue el artífice y creador del bolígrafo, tal como lo conocemos hoy, pero no hay que restar méritos a otro famoso inventor, John Loud. Éste fue quien en 1888 registró la primera patente de un aparato, al que describió como “un depósito de tinta (…) para marcar superficies”.
Los separaban medio siglo y el minúsculo dispositivo de Loud era semejante al de Biro. Era un cilindro alargado, con un tubo interno por el que descendía la tinta hasta llegar a tres pequeñas esféricas.
En 1943, Biro confeccionó el bolígrafo en cuyo mecanismo solo había una bola. Al friccionarla sobre el papel, la tinta que había descendido por el tubo se volcaba sobre la hoja a través de la diminuta esférica.
El presidente de Argentina, Agustín Justo, que conocía desde Hungría a Biro, lo invitó a viajar a su país. En Buenos Aires, le proporcionó el recurso para llevar a cabo la fabricación del birome o bolígrafo como lo conocemos hoy en día.
Para que se inventara el bolígrafo existió la mano de inversionistas que creyeron en él. En 1943 los hermanos Biro, György y Ladislao; junto al financiero y amigo Johann Georg Meyne, crearon la compañía Biro-Meyne-Biro. En 1945 habían patentado la “esferográfica” en Argentina, Hungría, Francia y Estados Unidos.
El instrumento creado por Biro, fue llamado “birome”, “esferográfica” y “biro” en otros países. El nombre “bolígrafo” lo implementa el español Amadeo Arboles, un empresario que registra una variante del instrumento con el nombre que conocemos hoy. El uso del vocablo se hizo popular y en 1960 el Diccionario de la Real Academia Española lo incluye como “bolígrafo”.
Un famoso empresario de Chicago, Milton Reynolds, observó en un comercio el dispositivo creado por Biro. Supo que podría sacarle mucho provecho económico y viajó a Argentina para entablar negocio con sus creadores.
Al enterarse que los derechos del boli en Estados Unidos habían sido cedidos por los Biro, Reynolds se puso a crear un nuevo dispositivo. En tiempo récord consiguió una empresa que los fabricara y en menos de un mes el nuevo bolígrafo se posicionó en el mercado americano y europeo.
La compañía Eversharp que tenía los derechos del biro en los Estados Unidos, denunció a Reynolds. Aunque no se sabe a ciencia cierta quien ganó esta disputa legal conocida como la “guerra de los bolígrafos”, ambos ganaron en publicidad.
Eversharp pasó a llamarse Parker y la empresa de Reynolds se convirtió en Fisher, dos grandes manufactureros de bolígrafos.
¿Cuándo se creó el bolígrafo que usas para escribir? Antes debes saber que el bolígrafo que elaboraba Reynolds era muy caro. Lo que le costaba 80 centavos fabricar, lo ponía a la venta por ¡12 dólares! En 1948 los franceses Marcel Bich y Edouard Buffard logran dar en el clavo, al fabricar el bolígrafo de plástico y desechable, abaratando sus costes.
La aleación que Bich hizo del mecanismo de la bola con tungsteno y acero, elevaron la calidad del producto. Los biros tenían solo acero. La tinta se hizo mucho más aprovechable, con una durabilidad de hasta cinco kilómetros. Hoy en día estos fabricantes producen los bolígrafos más usados en el planeta.
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